SIN SABER CÓMO...

Sin saber cómo estoy aquí tecleando, después de más de un siglo perdida en los vericuetos de la vorágine que supone sobrevivir al día a día... Créanme, esto es un maratón que no deja un minuto de descanso.
Muchas veces he añorado el blog, dejar reposar los pensamientos más locos y luego dedicarme a correr de acá para allá... pero nunca es el momento. Sigo queriendo hacer mil cosas y no me alcanza el tiempo, tanto es así que desde hace un mes (más o menos, quizás más) he tenido que renunciar a participar en mi grupo de patch virtual... porque me estresaba no poder atenderlo, no poder leer los miles de mensajes, participar en los intercambios... así es la cosa.
Ahora ando centrada de lleno en atender mi cursito de patchwork para profesores (somos la primera promoción de QUILT'YS), aprender mucho, coser más (por fin tengo mi cuartito de costura desplegado y no tengo que andar con los trastos de un lado para el otro)... estoy en plena producción de mi colección de agendas (todo creatividad), componiendo unas cositas que me pidió mi mami para sus amigas... Y claro, como no, pasando interminables jornadas diarias en un trabajo que me consume y cada día me desmotiva más, pero esa es otra historia, lo que me consuela es que a fin de mes llega al banco lo que tiene que llegar... y en los tiempos que corren soy una privilegiada, lo sé... pero el derecho al pataleo no me lo quita nadie.
Además, cuando tengo un ratito para meterme en internet me voy de cabeza a facebook, allí, en mi granjita virtual, me paso el ratito atalantando los animales y recogiendo frutas de los arbolitos que tengo... no vale pa' na', pero me encanta... ¡juas!
Mi vida sigue hermosa, complicada (muchisimo menos que la de esos más de cuatro millones seiscientos mil parados de este país), inmersa en un bonito y lindo matrimonio, en un hogar delicioso y rodeada de muuuuuuuuuuuuucho cariño... me siento bien, afortunada...
MiBen y yo seguimos caminando juntitos, nuestra sombra es más compacta y perseguimos y pretendemos un futuro que nos llegará... todo va lento, piedrita a piedrita, como tiene que ser... somos felices, gracias a Dios, y nos sentimos bendecidos.
En este tiempo de silencio han pasado muchas cosas, todas tolerables y de las que hemos salidos airosos... El infarto de mi hermano quedó en un susto, un auténtico milagro, y ya la vida vuelve a estar en su sitio, aunque si el teléfono suena fuera de hora con una mano nos agarramos el corazón y con la otra contestamos.
Doña Madre camina un poquito más despacio, pero sigue guasona y divertida... pasó un tiempo como metida pa' dentro, pero ya volvió a salir al balcón... el tiempo de playa se acerca y ya tiene alistada la maleta. Divina ella... cómplice al máximo con su nieto pequeño, Diego, con el que se entiende a las mil maravillas y parecen un número de circo, que los dos está locos perdidos. Mi Chispi sigue siendo mi vida entera, mi niño perfecto, mi amor querido... ya tiene siete años y el tiempo le ha puesto unos tacones que le van robando la sombra de niño... crece, crece, crece sin parar y yo me quedo lela mirándole sin atreverme a decir ni pío. Es mi pasión.
Los sueños, como siempre... revueltos y sin descanso... soy la eterna Antoñita la Fantástica, y por eso doy gracias, porque es lo que desde siempre me mantiene viva y me acompaña...

No sé cuándo volveré, espero que sea pronto.

Besos... estupendos seres humanos.