19 mayo, 2010

CUANDO NOS JUNTAMOS A COSER...

Sin tener una causa aparente, premeditada o estudiada, el otro día estuve buscando información mientras trataba de no ahogarme por la red (pura envida de aquellos que surfean) acerca del término QUILTING BEE...

A diario, cuando tengo tiempo de recrearme en lo que se me antoja, me cuesta centrarme. Tengo los ojos cansados y el cerebro hecho un amasijo de datos que me presiona las paredes craneales... así que tratar de poner orden y concierto en medio del caos es tarea inútil. No me queda otra que pasear mecánicamente los ojos sobre las letras y, de vez en cuando, mis retinas atrapan términos que al final consiguen juntarse para tener algo de sentido... y es ahí cuando el ru
n run comienza su marcha y no me deja tranquila hasta que las entrañas escupen el guiso que se ha cocinado a fuego lento...

Esto es justo lo que me pasó con el QUILTING BEE... Una suerte de celebración social en torno a nuestros adorados quilts, un resumen y compendio de habilidades textiles, dotes culinarias e intensísisisisimo cultivo verbal... O sea, que llegué a la conclusión, después de mucho parpadeo, que el quilting bee es eso que hacemos las aficionadas al patchwork cada vez que nos reunimos con la más vanal de las excusas: comer, hablar y, si hay suerte ese día, coser... Eso sí, dispuestas a la mejor de nuestras gestas textiles posibles, salimos de casa pertrechadas con todo lo que suponemos vamos a necesitar... aunque poco a poco vamos renunciando a absurdeces tales como cargar con la máquina de coser a todas partes (más bien cuestión de vértebras y músculos descompuestos que por falta de ganas).

Junto a los hilos, las tijeras, los jirones de tela y las plantillas de todas formas y tamaños (entre otras mil cosas), nos las apañamos para transportar tartas, sandwichitos varios y diversos, quiches y las más variopintas estridencias culinarias que hayamos sido capaces de encontrar en la red, sin olvidarnos del café y la leche, fría, caliente o templada... Porque déjenme decirles, para navegar nos defendemos (gracias a la imprudencia de la que nos dota la ignorancia) y por eso solemos llegar a puertos virtuales de lo más sorprendentes. Y en esos vaivenes luchamos contra el inglés, víctimas de esos traductores asesinos que desbaratan el lenguaje y nos ponen los vellos como escarpias... pero compramos, le damos buen repaso a las tarjetas de crédito, inscribimos nuestro nombres con letras de oro en los registros de pay pal y podemos dar masters de cómo comprar en la red en tiendas americanas o australianas sin tener ni repuñetera idea de hablar una palabra de inglés.

Lo aseguro, ponga una quiltera en su vida y será como estar observando un tornado en Oklahoma... pero sin sufrir daños (algún que otro incipiente ataque de nervios, pero na’ más).

No sé quién fue, ni dónde inventaron aquello del Quilting Bee o reuniones para coser juntas (en su origen para coser más rápido y ganar concursos, hoy en día para ponerse hasta las trancas de postres, hablar por los codos y coser lo que se pueda)... pero juro que es un invento que estimula el alma, aumenta una talla por reunión y deja el corazón liviano como pedacito de miraguano del bueno...

Besos... estupendos seres humanos.

P.S. La primera foto está sacada de
aquí y la segunda de este otro site
P.S. I took the first picture from this link on the net, and the second one from this other website

3 Comments:

At 20 mayo, 2010 09:33, Blogger Lucía said...

Es una historia fascinante. Dan ganas de unirse a ese grupo de mujeres, coger la aguja y ponerse mano a mano con ellas. Quizás esa costumbre venga de la historia de las mujeres Gee's Bend. Nunca había oido hablar de ellas, pero este mundo de Internet nunca deja de sorprenderme.
Besitos

 
At 20 mayo, 2010 20:24, Blogger Tweesita said...

Mi querida Lucía... ese grupo es, mismamente... nosotras, cuando nos juntamos con cualquier pretexto... como este sábado próximo en Loeches. El Quilting Bee tiene más bien su origen en las comunidades originadas por los inmigrantes europeos, mientras que las mujeres de Gee's Bend eran una comunidad afroamericana que crearon su propio estilo de quilting (por cierto, alucinante). Quiero investigar sobre eso, me fascina.
Muchos besos, guapa... ¿te veo el sábado?

 
At 23 mayo, 2010 15:07, Blogger Unknown said...

Me ha encantado este post...super simpático y tan cercano a lo que pensamos la mayoria de las que somos apasionadas del Patchwork.

Besos

 

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