18 septiembre, 2008

De puntillas


Tengo abandonado el blog desde hace más de un mes... nunca es el momento, ni la hora, ni el segundo, siempre hay algo esperando para ser hecho, la computadora ocupada, el trabajo o una cita pendiente que atender... Paso de puntillas, agrego un link, ni me da tiempo a pasear por saloncitos próximos, siempre corriendo... pero no dejo de pensar en mi blog... he vuelto a ver la vida con ojos blogueros, y todo se me antoja una fotografía de portada... disfruto como loca emborronando este espacio en blanco y compartiendo bobadas que no tienen nada de interesante, pero que tampoco son banales...


Últimamente tengo el fuego encendido por dentro... quiero hacer mil cosas y ahora mismo me traigo entre manos un ciento, lo mejor de todo es que puedo con ellas... claro que sí... porque he conseguido algo que pensé jamás haría... organizarme... desde hace unos meses soy capaz de llevar una agenda, consultarla y no depender sólo de esta memoria que de poco me sirve, porque no me funciona... estoy entusiasmada...


Cuando me levanto por las mañanas, después de una buena ducha y un buen café, aprovecho el tiempo mientras MiBen hace lo propio, para planchar ropa pendiente, cocinar o dar unas puntadas en la labor de patchwork que en ese momento me traiga entre manos... Paso el día trabajando, sacando momentos para consultar el correo, ordenar patrones, participar en mi adorado grupo de patch de Yahoo, atender el facebook, hacer llamadas a las amigas, a mi esposo y a mi madre (que la pobre se queja de que ya no la llamo todos los días)... Salgo tarde, no antes de las ocho, aprovecho el trayecto en autobús para darme mi ración de lectura diaria (ahora leo El Niño con el Pijama de Rayas) llego a casa y preparo la cena la mayoría de las noches (otras Doña Madre nos tiene preparada una rica ensalada o una deliciosa tortilla de papas), friego los platos y para cuando quiero intentar coser un poco o cualquier otra cosa... la energía no me da... tengo que rendirme ante la evidencia y arrastrarme hasta la cama, para ver media hora la televisión y desmayarme...


Y cuando me vuelvo a levantar a la mañana siguiente... mi cerebro corre como una liebre loca buscando las ocupaciones del día... el intercambio, la plancha, el apunte pendiente, la carta por hacer... más anotaciones en la agenda... y aun así, necesitaría doblar las horas del día para conseguir mis metas... me encanta... si mi vida fuera de otra forma me moriría de aburrimiento.


Besos... estupendos seres humanos...

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