EVERWOOD

El día de hoy nada tiene en que envidiar al de ayer... Hoy Doña Madre no cocinó especial, pero estuvo ahí todo el día, de acá para allá, a ratos incordiando, a ratos silenciosa, pero siempre ahí... siempre... y yo sí cociné, un bol gigantesco de fideos de arroz chinos con champiñones y pollo como si toda la comunidad de vecinos estuviera convocada en nuestro salón a las tres de la tarde, aunque afortunadamente no se presentó ninguno.

Mi Ben volvió a sorprenderme, y hoy con una intensidad inaudita y por partida doble, pero eso se queda para Doña Madre y para mi, porque ella estaba presente cuando abrí el sobre y sólo ella puede sentir lo que yo siento sin abrir la boca, sólo sentir... A veces pienso que mi mamá es el radar más perfecto de la creación... pero esa es otra historia, porque a la jodía no se la escapa una, ni por chiquita que sea, la una, no ella, que también lo es.

Y por la tarde... mmmmmmmmmmmmm... a las siete, la Primera de TVE volvió a poner en antena una de mis series preferidas "Everwood", que hacía tiempo habían sacado de emisión. Ya dije ayer que mis gustos televisivos y cinematográficos dejan mucho que desear, al menos para alguien a quien se le suponen algunas lindezas culturales como se me suponen a mi, y de ese modo he de decir que no he visto un solo capítulo de "Aquí no hay quien viva" o "Cuentame", por poner un ejemplo, tampoco le meto a "Policías", "Los Serrano" u "Hospital Central"... qué le vamos a hacer... pero es escuchar la sintonía de "Everwood" y me derrito, sólo equiparable a la sensación de hace mil años cuando emitían "Treintaytantos" y yo apenas estrenaba la veintena de mi vida... Años después, trabajando en Washington, DC utilicé la banda sonora de Treintaytantos para producir un segmento de moda del programa en el que trabajaba, el objeto de la noticia era nada menos que Chanel, aquella mi primera labor de producción... tardé una tarde entera en decidir la música, recuerdo que John no daba ni un duro por mi elección pero me dejó hacer y al día siguiente se reveló como perfecta y, según me dijeron, subió el rating de audiencia... mmmmmmmmmmmmm... qué tiempo aquellos. Pero, como ya he mencionado una vez, esa es otra historia.

"Everwood" quizás es una serie ñoña, o no, de producción norteamericana, de la Warner Bros y cuenta la vida de unas personas en un pueblo de la montaña... idílico, helado en invierno y siempre con mil historias cotidianas. Me gusta la música, los personajes, la fotografía, los temas, la calma con que se desarrolla... quizás no tenga nada de especial, pero cada capítulo me llega al tuétano y me remueve por dentro. No sé si es buena o mala, pero me gusta y mucho, y la disfruto como un pedazo de tarta de chocolate después de meses de dieta. Pero es que, señoras y señores, yo SOY ÑOÑA, qué le vamos a hacer... y hace mil años que aprendí que con aparentar ser de hormigón armado y más fuerte que nadie sólo conseguía llenarme por dentro de sensaciones peligrosas que amenzaban con despedazarme tras un buen reventón... así que un día comencé a llorar y ya no he parado... si me pica me rasco, si me duele grito, si me gusta río a carcajadas, si me jode protesto y si no quiero digo NO... que el día que lo descubrí fue cuando realmente empecé a disfrutar de la vida. A lo mejor por eso me gusta tanto "Everwood", porque no me da vergüenza decir que me gusta... como tampoco me lo da admitir que adoro las comedias románticas, esas cursis a más no poder que te dejan un regusto a princesa de cuento que no se puede soportar... y ser cursi, por Dios, adoro ser cursi hasta decir basta.

En fin... que me encanta... hoy he vuelto a ver "Everwood" y por eso, además de por la enorme y romántica sopresa de Mi Ben, hoy también ha sido un día perfecto...

Besos... estupendos seres humanos.