LOVE IS IN THE AIR

Hoy por hoy mi momento preferido del día es cuando Mi Ben aparece en la webcam, peinado como un soldado raso, y me dedica la primera sonrisa... Porque la sonrisa de Mi Ben me cautiva como pocas cosas consiguen hacerlo, y eso que yo soy muy impresionable, pero mucho... me quedo patidifusa con cualquier cosa, como los niños chicos. Pero es que la sonrisa de Mi Ben encierra tantas cosas y tiene tantas lecturas que a través de ella puedo tomar el pulso del día que lleva...

Hace unos días decidí, por algunas cosas que ocurrieron, mencionar a Mi Ben lo menos posible... primero porque no me gusta dar detalles de mi vida privada y segundo por que la gente, en muchas ocasiones, no es buena... y mientras con una mano te ofrecen rosas con la otra preparan el picador de hielo para descerrajarte un tajo en plena espalda... Pero todo eso me da igual, lo del pudor sigue vigente porque soy así y por más detalles que pueda dar en este blog, la sutileza siempre será mi bandera... soy partidaria de dejar adivinar antes que ser explícita, en la mayoría de las parcelas de mi vida, aunque cuando me pongo clara no dejo títere con cabeza. Y en cuanto a las maledicencias, si tuviera que estar pendientes de ellas terminaría desquiciada, como tantas otra personas que conozco, viendo fantasmas en cada esquina y escondiéndome de mi sombra... y no estoy dispuesta a eso. Así que vaya mi intimidad por delante y el desconsuelo vital de las que sin entenderme se atreven a componerme la existencia... que tanto me da, seamos honestos... o como suelo decir... pregúntame si me importa, ni más ni menos.

Y hoy el propósito no es otro que anticiparme a San Valentín... tan defendido como denostado, dependiendo del palo que toque el que se abandera con la causa o contra la misma. Me es raro celebrarlo, porque no recuerdo siquiera un San Valentín digno de recordar en mis 38 años de vida... así que en realidad este año no sé muy bien qué he de hacer... jajajajajajaja... no, es broma... sólo que estoy emocionada... ¿se nota?.

Las mejores sorpresas de la vida llegan cuando uno no las espera y ni siquiera se atreve a soñarlas... aparecen de a poquito o te saltan encima como un cachorro inquieto, pero lo mejor es que sea como sea el modo de proceder, te visten la vida de colores y todo se tiñe de tonos reventones que ocupan hasta el rincón más remoto... se llevan las pelusas del tedio...

Mi amiga Carmela dice que el amor es un tránsito muy accidentado por esta vida, que nada es lo que parece si no todo lo contrario, y que en realidad no existe... más o menos... pero mi amiga Laura dice que el amor es el mejor invento, ese que te quita y te da la vida con la misma intensidad, y que sin él el tránsito por este mundo no es nada. A mi amiga Pepa, mi PechuPepa, el Amor le trae recuerdos de una vida compartida y se engancha a las historias de las mujeres que quiere, y las cuida y mima como si fueran propias... porque PechuPepa es alguien tremenda... irrepetible.

El amor tiene tantas lecturas como corazones habitan este mundo de locos... y depende de cómo sopla el viento, cómo proyecta el sol las sombras en movimiento o del lado que se inclinan los pensamientos... El amor es tan voluble como los seres humanos, lo mejor y lo peor, capaz de dar vida y quitarla. Y en esa irracionalidad que pretendemos racionalizar e incluso creemos conseguirlo, se nos pasa la mayor parte del tiempo.

Me da igual, con lo bueno y lo malo, lo tremendo y lo liviano, lo racional y lo irracional, las luces y las sombras... hoy por hoy mi momento preferido del día es cuando Mi Ben aparece en la webcam y su sonrisa, su bendita sonrisa, me da el pulso del día... ¡Viva San Valentín!

Besos... estupendos seres humanos