28 enero, 2006

FITUR CON MALETA... Y PASANDO POR MI PUEBLO


Eran poco más de las diez de la mañana cuando Doña Madre y una servidora aterrizábamos en FITUR (Feria Internacional del Turismo, que se acaba mañana, y que se celebra en esta simpar ciudad todos los años), eso sí, pertrechada Doña Madre con su maletita con ruedas para hacerse con cuanto folleto, caramelo, lapicero, bolígrafo e incluso sombrero pudiera atrapar... que en el recuento posterior doy fe que no ha sido poco, pos menuda maña se da la susodicha.

Nada más entrar, como dos pequeñas pelotillas veloces y dueñas de un sentido de la orientación brutal, inigualable ni por el mejor GPS del mercado actual, fuimos directas al stand de Puerto Rico... donde los altavoces escupían el reggaeton de Yankee Daddy a unos decibelios insultantes que hacían imposible cualquier conato de conversación... aun así le explico a la muchacha del stand lo que quiero y ella, muy solícita, me da el ventiúnico folleto que compendiaba mínimamente mis requerimientos y lo que pensé que sería una laaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarga visita al stand, se solventó en apenas cinco minutos... y al darme la vuelta para abandonar esa perla del Caribe, casi me desmoño porque no contemplé en ningún momento los dos escaloncitos de mierda que subí con anterioridad... un despropósito... pero al final mi orgullo y mi físico abandonaron el lugar a la misma altura... gracias a Dios y a toda la cohorte celestial.

Pero el mejor descubrimiento de la feria fue el stand de mi pueblo... EL TIEMBLO... un pedazo de paraje incomparable en pleno Valle de Iruelas, en la provincia de Ávila, justo después de San Martín de Valdeiglesias (Madrid) y al lado de Cebreros, donde nació el Presidente por excelencia, Adolfo Suárez. Está en la famosa carretera de los pantanos, la M-501. Bueno, pues allá que nos fuimos y nos recibió Lorena, que además de ser amiga de toda la vida es la secretaria del alcalde, y pasamos un rato divino de la muerte tomando sequillos, bebiendo vinito del pueblo y contándonos los dimes y diretes de los últimos tiempos. Momento delicioso.

A mi pueblo le adornan muchas virtudes, muchísimas diría yo, pero ninguna se puede imaginar al ser explicada si no se practica aquello de Santo Tomás... para creer hay que ver. Tiene rincones de exquisita belleza, como el castañar, la puesta de sol en el Charco del Cura, el pantano del Burguillo y su entorno, San Gregorio... y pizcas de Historia, con mayúscula, repartidas hasta debajo de las piedras... El Tiemblo es señorío, restos de hambre de la época de la guerra, amores y maledicencias, pasado que pesa y futuro que ilusiona, frío terrible de invierno y aplastante hervor de las tardes veraniegas... El Tiemblo, se ama y se odia por igual cuando llevas más de un rato por sus calles y ya te miran como forastero, pidiendo cuentas de una realidad que te inventan en cuanto te descuidas...

Mi pueblo tiene un castaño centenario que para abarcarle se necesitan diez adultos agarrados de las manos... es un castaño que guarda muchas historias, restos de hogueras, olor a ganado, líquenes que dan fe de la pureza del lugar donde reposa, cobija, arropa, da sombra y hasta canta cuando el viento le mece... le llaman "El Abuelo" y mirarle es contemplar los secretos de muchos corazones ajenos...

Mi pueblo es un cofre encantado repleto de maravillas...

Besos... estupendos seres humanos

2 Comments:

At 31 enero, 2006 14:38, Blogger Jackie said...

Ahhh! Ese castaño me trae recuerdos.....

 
At 01 febrero, 2006 23:03, Anonymous Anónimo said...

Jose Manuel Hernandez, hombre cabal, natural de Cebreros, como Adolfo Suarez

 

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