MI NIÑA, QUIÉRETE UN POCO... PLEASE

Mmmmmmmmmmm... llevo cuatro días sin aparecer por aquí, y ha sido por falta de tiempo, y también por una leve sequía creativa y esas otras cosas menstruales que a las mujeres nos pone la existencia del revés, sin saber siquiera por qué ni con qué propósito... que maldita la gracia que tiene estar vuelta un ocho y no hallarle explicación.

Anyway... Estoy un poco confundida... Desde hace como tres años mi vida se ha ido enriqueciendo a una velocidad de vértigo... en el sentido más hermoso de todos... las relaciones humanas. Mi prima Jacqueline siempre dijo que mi vida hubiera sido otra completamente diferente si mi entorno también hubiera sido completamente diferente, y tiene toda la razón del mundo, pero no ahondemos más en lo que ya pasó porque no soy partidaria de hacer leña del árbol caído... ni mucho menos. Miremos hacia el frente y caminemos con paso firme, que eso, a fin de cuentas, es lo que de verdad importa.

Pues bien, como decía (mi capacidad para "distraerme" y encadenar temas es inaudita, a veces hasta me dan ganas de mandarme a callar a mi misma, mismamente), hace cuatro años partí de cero y después de esconderme en el último rincón de una cueva que sólo yo sabía, empecé a asomar el gaznate y a construir una parcelita que se está convirtiendo, si no lo es ya, en un magnífico vergel. Al tal vergel se han ido incorporando personas excepcionales, personas únicas, todas ellas valiosas e increíbles, y mirar alrededor significa dar gracias a Dios a cada minuto y poder decir con toda la autoridad del mundo... que el ser humano merece la pena... mmmmmm... Dios bendito.

Bueno... pues entre todas esas personas excepcionales (hoy no pienso dar nombres, porque sé que hay algunas que me leen con lupa y luego van sacándole punta al lapicero... y eso no es bueno), hay una mujer a la que quiero por mil motivos diferentes... Es alguien con una valía difícil de medir, unas dotes intelectuales que ya quisiera yo para mi, un corazón que no le cabe en el pecho, una mujer que es capaz de quitarse el abrigo y dárselo a quien lo necesite aunque esté a -10º, alguien que dedica mucho tiempo de su atareada vida a proyectos sociales, alguien que te mira y te arropa con esa mirada, un puerto al que siempre llegar, una palabra de aliento a cualquier hora, un hogar en movimiento sin puertas ni paredes... Y hoy, mi amiga, duda de sí misma porque alguien en quien había depositado románticas ilusiones no ha reaccionado como ella pensaba... Me preguntaba por teléfono esta mañana ¿es que tengo la voz fea?... ¿es que soy demasiado fea?... ¿es que no valgo nada?... Tiene los ojos como dos soles, un pelo rubio revuelto que si estuviera peinado no sería ella, expresión de pícara impenitente, andares decididos, ademanes como abanicos de feria de abril sevillana, sonrisa eterna, saluda con las palmas de las manos abiertas dando muestra de su infinita bondad, es bonita... pero él no ha respondido como ella esperaba y ella, que no se mira en el espejo que debiera, piensa que no vale nada... A mi amiga le sobran atributos para ser una Cindy Crawford perfecta de las de andar por casa, sólo falta que él la mire con los ojos que debe mirarla, para ver que es la más bonita del baile y caer desparramado a sus pies y no volver a ser jamás el hombre que solía... Y mi amiga debería sentarse frente al espejo, apartar el polvo, el vaho y las telarañas, y encontrar a esa estupenda mujer que es, para abrazarla hasta despachurrarla y entonces se daría cuenta, sin dudarlo, de que ese pobre infeliz es raro... que la rara no es ella...

Besos... estupendos seres humanos...