24 marzo, 2006

EL ARTE DE SER TURISTA... O NO SERLO... DIGO

Bahía Bioluminiscente de Puerto Mosquito - Isla de Vieques - Puerto Rico
(Foto obtenida del site www.islavieques.com )

Para ser sincera he de decir que no soy una turista al uso y durante años me sentí algo mortificada por este punto, ya que el noble arte de turistear lo aprendí sin notificaciones previas y no sabía demasiado bien cómo se comporta semejante especímen en el que me estaba convirtiendo. Observando a unos y otros interpreté que el turista de pro es aquel que camina a una velocidad endiablada, visitando cuantos más lugares mejor y anotando en una libreta detalles en clave para recordar con exactitud por dónde pasó... se zampa estampas de iglesias, calles, museos, rincones, avenidas, galerías de arte, parques de diversiones, montañas, valles, llanos y bahías a una velocidad de cuarenta o cincuenta por día y al terminar las vacaciones admite, sin remedio, que necesita vacaciones para descansar de las vacaciones, mientras la borrachera de imágenes lucha por organizarse en el cerebro en una secuencia más o menos lógica.

Sinceramente... admiro al turista convencional, juro que lo admiro desde lo más profundo de mi ser y si por mi fuera, levantaría un monumento como lo tiene el soldado caído o cualquiera de nuestros reyes. Y como digo, esto al principio me tenía mortificada, porque yo salía a turistear pero no sentía ese impulso desmedido de abarcarlo todo... y pensaba, ¿será que no sé ejercer el noble arte del guiri (extranjero de vacaciones en país ajeno)?. Juro que me tenía compungida.

Recuerdo cuando vivía en East Falls Church (West Virginia), un pueblito americano muy cerquita del Pentágono, y un fin de semana decidimos acercarnos a New York... nos acercamos en autobús (cuatro horas desde Washington, DC), nos quedamos en un hotel céntrico de Manhattan y a mis compañeras se les desató la fiebre guiri a millón... empezaron a hablar de museos, galerías, rincones y alturas... y yo sentí que el mundo empezaba a girar a mi alrededor a una velocidad de vértigo, porque la visita no llegaba a 60 horas y los planes necesitaban dos semanas... Lograron meterme a ver la Colección Fitz (una maravilla), enfilamos la Quinta Avenida y llegamos al Guggenheim (o como se escriba)... y allí dije que no, que no entraba, que yo las esperaba en la puerta y no tuvieran prisa... Disfruté como una loca, sentada en el murito blanco de la entrada, observando la fauna humana de esta singular ciudad: los policías de las películas, el vendedor de pretzels y perros calientes, el ciclista de los cien mil pins, el paseador de perros, el predicador chalao, el iluminado loco, algún famoso... era como si las películas que vemos a diario en la TV sin prestar demasiada atención estuviera sucediendo delante de mis narices, y sólo tenía que estirar el brazo para tocarla.

Esa es mi forma de hacer turismo. He intentado ser una turista normal y desquiciada, lo juro por lo que más quiero en este mundo, pero no lo he conseguido... no siento una necesidad desmedida de visitar iglesias, catedrales, museos, galerías y monumentos... es más, el arte me emborracha en cuanto llevo cuatro cuadros seguidos. Antes me mortificaba admitirlo, hoy lo he asumido... a Dios gracias. He conseguido entender que soy una turista de sensaciones, me gusta caminar entre la gente y fundirme con el medio, tomarme una cerveza en una terraza mientras espío conversaciones ajenas, comprar en el supermercado, ir al cine, colarme en las universidades... No me importa que el tiempo pase y quizás no vuelva al sitio donde estoy, la premura no me deja sin aliento y no me importa pasar por un sitio sin haber visto sus principales atracciones...

Mi prima Jacqueline me dijo el otro día que mi sobrina Marianne, su hija mayor, había hecho un trabajo escolar tiempo atrás referente a la Laguna Bioluminiscente de La Parguera, en Lajas (Puerto Rico) y aquello me puso en alerta todos los sentidos, porque ese tipo de cosas son mis museos y galerías particulares. ¡¡¡Gracias por el descubrimiento, Marianne y Jackie!!!. Me he puesto a buscar información en internet y he visto que no sólo existe ese lago allí, si no que en la bella isla de Vieques, también en Puerto Rico, tienen otra bahía bioluminiscente en la zona de Puerto Mosquito, y como Mi Ben y yo iremos a pasar un fin de semana allí... no pienso perdérmelo... mmmmmmmmmmmmmmm... jamás en mi vida pensé que pudiera existir semejante espectáculo. Es un fenómeno causado por la iridiscencia en sus aguas de una alta concentración de dinoflagelados... ¡ahí es na'!

Así pues, Puerto Mosquito me ofrecerá una de esas raras ocasiones en mi vida en las que puedo comportarme como una turista profesional y no como un caminante despistado... Seguramente jamás pueda contarte cómo son las vidrieras de tal o cual catedral, o los peldaños de la iglesia del Sagrado Corazón de París, o la Plaza de la Revolución de La Habana... pero pregúntame cómo huele Venezuela cuando un sopapo de humedad te recibe en La Guaira, o los pliegues de piel del negrito que ofrece chipi chipi en la playa, la mirada triste de las putas latinas del barrio rojo de Amsterdam, el olor ácido del vino malo austriaco, el mirar desconfiado de los luxemburgueses... y así podría decirte las mil y una...

Y cuando salga de Puerto Mosquito seguramente no sea un cúmulo de datos referentes a la bioluminiscencia, ni mucho menos, pero pregúntame por las pupilas de Mi Ben, la brisa de la noche cerrada o la mirada centenaria de cualquier tortuga que pueda cruzarme en la playa...

7... 6... 5... 4...

Besos... estupendos seres humanos.

11 Comments:

At 24 marzo, 2006 11:30, Anonymous Anónimo said...

Todos los años, durante el puente de Mayo, visito en Trujillo: "La Feria del Queso". Este año fallaré a mi cita porque acudiré a una boda a Bilbao ¡!que belleza casarse en tiempos de paz!
Me encanta investigar muestras de queso desconocidas y me apasionan aquellos que me sorprenden porque son una explosión de sabor en la boca. Probablemente para el resto del año prefiero los quesos suaves y que se digieren bien. Tú eres así, absolutamente diferente y sorprendente, avasalladora con buenas intenciones, me atrevo a decir, pero da gustito cuando estás tranquilita y te confiesas y me dejas que te haga reír y te sientas a coser o a contemplar a los niños, sin más.
¿Como pretender ser una viajera convencional y admirar un entorno amplio, mi pequeña alma de escritora? No podemos ir contra nuestra naturaleza y la tuya siempre observará los detalles discretos y secundarios porque después nos los tienes que contar a los demás con tu diferente estilo personal, adornado de tu madura ingenuidad y tu imponente creatividad. Como deseo que salga bien, también con piel. Sawsan.

 
At 24 marzo, 2006 11:37, Blogger Tweesita said...

SUSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII.... Un millón de gracias por tus palabras... prometo hacer oposiciones a ser humano tranquilo en algún momento de mi vida... ¿quizás a los 90? jaaaaaaaaaaaaaaa... quién sabe.
Te traeré información de quesos y muestras en la medida de lo posible... de verdad.
Gracias, gracias, gracias por tus palabras... Besos pa' los tres.

 
At 24 marzo, 2006 11:56, Anonymous Anónimo said...

Yo creo que con tanto preámbulo van a ser ustedes dos los que iluminen a todo el mundo mundial, pol dioxxx!!!!!!!!!!!!!!!!!

Mirka

 
At 24 marzo, 2006 12:01, Blogger Tweesita said...

¿Y qué contesto yo a eso Mirkis?... toi atutá

 
At 24 marzo, 2006 14:55, Anonymous Anónimo said...

traete fotos del lago, si puede ser, glo

 
At 24 marzo, 2006 15:12, Anonymous Anónimo said...

y lo de hablar con la gente del sitio? es importante y apenas lo hacemos.......glo

 
At 24 marzo, 2006 16:47, Blogger Jackie said...

Ni tan calvo ni con dos pelucas. Protesto!!! Nos estás caricaturizando "un poquito", ja, ja! Digo, a los viajeros que si disfrutamos de museos, edificaciones y paisajes y que tratamos de que el tiempo nos rinda y sacar lo máximo de la experiencia ¿"impulso desmedido por abarcarlo todo"? Esa soy yo!!! Son las ganas de ver en persona aquello que antes hemos saboreado en libros o películas. Ah! y en cuanto a la laguna, Marianne dice que sólo se aprecia el brillo de noche, pero Marianne nunca ha estado!!! lo leyó en internet. Gabi si sabe, pregúntale. Que el baño sea rico y romántico y que no les pique mucho la plaga en las nalguitas ja, ja, ja!!!!

 
At 24 marzo, 2006 19:27, Blogger Tweesita said...

Jackie... no caricaturizo, de verdad, lo he escrito completamente en serio y es como concibo el turismo a través de los ojos ajenos... qué le vamos a hacer.
Otra cosa... escribiría a Gabi si me mandaras su dirección, que dejaste la línea en blanco y no me has hecho caso... maja...
Y lo de la lagunita... ya tengo yo ganas de poder contarlo... mmmmmmmmmmmmmmmmmmmm... Gracias a Marianne, tan bella, y dile que el reflejo se ve mejor cuanto menos luce la luna... tiene que ser fantástico.

 
At 24 marzo, 2006 19:28, Blogger Tweesita said...

GLORIA... No creo que pueda traer fotos. En internet hay todo un cursillo acerca de cómo tomar las fotos en este sitio, por sus especiales características y mis cámas ni de leeeeeeeeeeeeeeeejos pueden con semejante arte... aunque lo intentaré, juro que lo intentaré.

 
At 24 marzo, 2006 23:43, Anonymous Anónimo said...

El turismo que vas realizar es totalmente introspectivo, tus ojos miraran pero no veran, tu ángulo de visión no está abierto en 180 grados, lo tienes muy enfocado, es un turismo de sentimientos y ese turismo "asusta", pero eres fuerte y valiente.
Besos, reina.

 
At 25 abril, 2006 06:25, Anonymous Anónimo said...

Falls Church es en Virginia, no en West Virginia. East y West es solo para dar sentido de direccion, como en toda ciudad pero en realidad todo es Falls Church, ahora West Virginia si es un estado distinto a Virginia, como Carolina del norte y Carolina del sur por eje. Esta super tu blog, bien entretenido!!!

 

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