MADRID

Mi Ben... Mi Amor...

(Foto de Carmen Navarro)

Aterrizar de nuevo en este lado del mundo no resulta fácil... En realidad estos últimos días han sido de emociones extremas y encontradas, que no resulta nada sencillo poner en el lugar que les corresponde y diferenciarlas, porque a menudo unas chocan contra las otras y si siento que el corazón se me desarma al ver las lágrimas de Doña Madre... me siento igualmente culpable por las lágrimas de Mi Ben... en dos opciones diametralmente opuestas y al mismo tiempo compartidas, porque en esencia son provocadas por algo exactamente idéntico: mi ausencia.

Quizas pudiera cometer el error de sentirme diferente, imprescindible y hasta importante por hallarme en semejante tesitura, pero no es así, yo quisiera y daría lo que fuera porque todos pudiéramos conciliar posturas y sentirnos felices sin sufrir... aunque sé que es imposible. En todo este proceso que se empezó a gestar el día que salí de Madrid para pisar San Juan, quien ha tenido palabras más acertadas, equilibradas y ecuánimes ha sido mi cuñada Alicia... ella, en su aparente lejanía y prudencia, se ha mojado hasta las trancas para posicionar a unos y a otros en unos silencios eternos en los que ellos no hablan... porque los de mi sangre son así, se esconden para llorar y las emociones les revientan los adentros sin mudar el gesto... Y Alicia, bregando con unos y con otros, me decía con infinita ternura de lo que iba sucediendo, y por ella he ido acomodando sentires para evitar que al regresar a este lado del mundo se me pusieran los intestinos en el lugar de la laringe y viceversa...

Yo quisiera tener una sabiduría infinita y una capacidad de contentar a todos mayor que la de Walt Disney... pero no es así y esta vez, por egoísta que suene y malvada que parezca, decido por mi misma por encima de cualquier otra cosa, porque más allá de ese amor mágico y único, de ese amor de cuento, de esa suerte infinita de haber cruzado los pasos con Mi Ben en este inmenso mundo... existen otras motivaciones para cruzar el charco y establecerme en Puerto Rico. No sé si los demás entiendan, no sé si los demás sean capaces de caminar con mis zapatos y sentir donde el calzado se acomoda al pie y dónde se acomoda al camino... Todos quieren verme, todos quieren "hablar" conmigo... todos quieren que el mundo lo mire con ojos prestados y "recapacite", porque las decisiones no se pueden tomar tan "rápido"... pero ya dije que esta vez mi cabeza es mía y mi corazón es mío, y de Mi Ben...

Yo una vez tuve un papá que llegó hasta los 37 años y después un médico decidió que se muriera, y en poco tiempo me enseñó muchas cosas, muchisimas... pero la moraleja que aprendí sin que él jamás lo supiera es que la vida es un lapsus, es un descuido de la muerte, y que no sabemos el tiempo del que disponemos para andar dando tumbos por esta especie de montaña rusa que es la vida.

Y siempre me acuerdo de las palabras de mi amigo David Jorquera... el tren se coge o se escapa... porque él lo cogió y ya lleva unos añitos en Puerto Rico, regentando junto a Tony el "Divino Bocadito" en el Viejo San Juan... un lugar en el que uno entra y se transporta y respira España... porque David, que es un duende de sonrisa transparente, me adoptó antes de llegar a San Juan el pasado 1 de abril... y que por casualidad conocía a Mi Ben hacía ya unos años... pero esa es otra historia...

Ahora voy a intentar domir... tengo el jet lag a millón, los ojos como un búho castellano y la piel harta de procesar sensaciones... apenas llevo 17 horas en España y es sólo el preludio de un mes lento que me dejará exahusta para depositarme con ternura en el principio del resto de mi vida... ahí es nada... Ahora voy a cerrar los ojos y a pensar que tengo a mi lado al galán de la foto, porque es la primera noche que paso sin él, y creo que no quiero acostarme a dormir porque es cuando voy a darme realmente cuenta que Mi Ben no está trabajando y viene después, sino que lo tengo a 6.700 kilómetros de distancia... y será ahí cuando todo desaparezca y nada pueda con la fuerza de esa ausencia. Buenas noches Mi Amor.

Besos... estupendos seres humanos...

Puente Teodoro Moscoso, por él se accede al aeropuerto de San Juan - (Foto de Carmen Navarro)