18 septiembre, 2006

LAS MISMAS HISTORIAS... DIFERENTES ROSTROS

Los primeros libros para el "cole" de Chispi

El martes de la semana pasada Chispi, mi sobrino de mi alma, a la tierna edad de tres años y unos poquitos de meses, tantos como 8, inició su andadura escolar... Primero el consabido berrinche, mezclado con ese carácter que no sé de dónde le viene (bueno sí, pero es que mi cuñada y mi hermano leen el blog... digo), que le hacía estirar el dedo hacia su profesora Mayka y gritar "¡¡¡y tú!!! llama a mi mamá que me quiero ir a mi casa"... Dicho está de más que se tuvo que mamar la jornada escolar como el más pintado y viendo que aquello tenía visos de repetirse jornada tras jornada por más que desplegara todos sus argumentos y chantajes infantiles, ha admitido que adora el colegio y le mola mogollón cantar en inglés. Ea.

Hoy he pensado en mil cosas diferentes, qué digo mil, por lo menos mil doscientas... y no he sacado nada en claro, o todo, todavía no me decido por alguno de los dos extremos. Por primera vez en mucho tiempo me he sentido algo triste, porque las cosas no son como queremos que sean y porque parece que los apretujones en el corazón son cíclicos y se repiten cada cierto tiempo incluso cuando nos creemos a salvo de hecatombes emocionales... y no señor, a mis casi cuarenta primaveras (tengo 38, que hay mucha loba... sé lo que me digo), me he sentido como una adolescente tardía a la que rechaza su pandilla... en fin, cosas que pasan... pero dura poco, porque me giro y a mi lado está Mi Ben, y el resto de los míos, y eso no se paga con nada... no señor... aunque sí se añoren las confidencias y los susurros. Pasemos página.

Hoy me he dado cuenta, pensando en el Chispi y en sus libros, en sus fichas y su CD con canciones en inglés... su babi azul, el olor a plastilina, las uñas negras, las rodilleras en los pantalones, el boli por toda la mano y la arena entre los pelos... que hace ya mil décadas yo también me sentí así, y que los que me rodeaban pensaban que yo llegaría lejos... luego pensaron que no llegaría a nada porque era más animal que Atila y más bruta que una "ara'o", y después volvieron a recuperar la fé para augurarme el futuro más brillante que nadie pueda imaginar... porque debe ser que piensan que soy una lumbreras. Angelitos míos.

En fin, que entre búsqueda y búsqueda de vaya usted a saber qué, estudios interminables, cursillos de lo que fuera, conocimientos de todo y de nada y cuanta lectura me caía en las manos, igualmente se me fueron echando los años encima... y con tanta expectativa ajena incumplida llegó un momento en que me convencí que no servía absolutamente para nada, porque si todos decían que yo era tan buena y véase los resultados... algo debía estar fallando... Y permítanme todos, hasta los que no me leen, que diga que no es así... porque aquí, a mis casi cuarenta años (tengo 38, que hay mucha lagarta suelta...), me siento feliz, realizada y rica como pocas personas que conozco... Es cierto que no soy ni alta, ni guapa, ni rubia, ni la ejecutiva más brillante, ni catedrática, ni la descubridora de la vacuna contra el SIDA... lo admito... pero ni puñetera falta que me hace, y será por eso que me siento feliz, porque ni lo soy ni gasto mi tiempo en lamentarme que por qué tengo tan mala suerte de no serlo... benditoseaelseñor.

Me gusta mi vida... miro para atrás y con todos los tropiezos, los ostiones, los moratones, los rotos y descosidos, los dientes quebrados y los pedazos de corazón guindados de cualquier zarzal... no me cambiaría por nadie. Muevo mi descomunal culo con soltura, me meto en una talla indecente y si me provoca un pedazo de chocolate lo como (muy de vez en cuando)... no tengo colesterol, ni hiperglucemia, ni ácido úrico, ni la tensión alta (la tuve), mis ovarios y anexos reproductivos son como de quince y pienso usarlos en breve... tengo un nivel de cultura decente, el suficiente para no enrojecer en medio de una conversación que me suene a chino, poseo una biblioteca divina, una videoteca extraña y una musiteca (o como se diga) estupenda con las benditas aportaciones de mi amado esposo... Y cuando creí que la soledad era mi compañera pa' siempre jamás se me cruzó por todo el medio un príncipe boricua que me suelta recién despierto "lo eres todo para mi"... Una vez me sentí desquiciada porque pensé que jamás volvería a ejercer el periodismo y aquí tengo mi blog, para mi solita, donde me despacho a gusto con artículos idiotas, cursis, sentimentales y locos, yo misma hago las fotos (que no siempre son malas)... y encima me leen... con lo que el apuro se me fue por el desagüe junto con la espuma del gel en la ducha mañanera...

He ido y he venido por el mundo inflándome de vidas ajenas, experiencias prestadas, sueños cumplidos y momentos regalados... todo ello único e irrepetible, y en la maleta que llevo a la espalda todavía queda sitio para ir acumulando mucho más. Sigo sin querer ser la más bella, la más alta, la más flaca, la más lista, la ejecutiva más exitosa ni la catedrática más brillante y con más títulos. No tengo ningún Master ni pienso sacármelo... yo sólo quiero seguir el camino anónimo y anodino (¿?) que llevo, despertar cada mañana con las risas de Mi Ben, contarle a diario a mi madre lo estúpido (¿?) que fue el día y compartir con ella TODO, seguir escuchando a diario las historias de mis hermanos y de fondo los gritos del Chispi, tener por fin un trabajo estable y ser mamá...

Yo quiero seguir teniendo esta vida sin éxitos, tan normal, tan boba, tan feliz... y que las reseñas históricas se las lleven otros... pero que no me falte ese pellizco cíclico de quinceañera trasnochada a la que rechaza la pandilla... porque eso me recuerda que quedarse quieto no es bueno. Por algo me apodan "huracán Twee".

Me siento bendecida... con mi adorado esposo, con mi estupenda familia. Cuando Mi Ben me pregunta qué edad tiene fulanita o menganita, a quien le acabo de presentar, y él les llama "señoras", yo le contesto que son un par de años menores que yo... casi siempre es así... y su respuesta incrédula es "¡imposible!"... hasta que el otro día, sin más, me espetó "ven acá, dime una cosa, ¿cómo puede ser que tú te veas mucho más joven que ellas siendo mayor?"... a lo que le respondí como de pasada... "por dos cosas... una porque gracias al cielo heredé la bendecida piel de tu suegra y la otra es... porque SOY FELIZ"... y con las mismas seguimos caminando hacia el Metro.

Besos... estupendos seres humanos.

2 Comments:

At 19 septiembre, 2006 13:15, Blogger la tieta Rosa said...

Y Tienes mucha razón mi querida CarmenTwee, las que somos felices se nos nota en la piel, en la cara, en la sonrisa, en el caminar, porque ser feliz se lleva en el alma :-)

Y dime....quien te ha rechazado????
eso que no me entere yo!!!!

Yo una vez me sentí así, y la verdad se pasa mal, pero una vez aceptas que ell@s vivan sin tí, ya ves las cosas de distinta manera ;-)

 
At 19 septiembre, 2006 23:39, Blogger Tapa-Amarilla said...

Que bello TWEEEEE!! asi somos, simples pero completas y felices y con eso nos basta y nos sobra, ademas de mucha salud y ganas de seguir luchando!!!
BESOS!!!!!

 

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